Resaltan los aspectos más nocivos del turismo, y obvian los beneficiosos.
La Sociedad Civil Balear pide a Armengol que explique urgente porqué no se deja ayudar por el sector turístico para vacunar a su personal
Las familias turísticas de las islas han querido ayudar a su sociedad, sugiriendo replicar las medidas que tomaban destinos competidores como dar prioridad a trabajadores del sector en la vacunación.
AGENCIA MANACORNOTICIAS 13/06/2021 - 07:58:42
Desde hace meses, los empresarios turísticos baleares quieren comprar vacunas, como se ha hecho en otras partes del mundo para salvar decenas de miles de empleos que requieren de inmunización urgente

INAUDITO RECHAZO A QUE EL SECTOR PRIVADO SUME FUERZAS. Cuando las familias turísticas quieren ayudar a su sociedad pero los políticos lo bloquean. Se ha evitado así que los empresarios aparezcan como salvadores de la gente para acelerar la vacunación. En los últimos meses los gobernantes baleares solo resaltan los aspectos más nocivos del turismo, y obvian los beneficiosos.

Desde hace meses, los empresarios turísticos baleares quieren comprar vacunas, como se ha hecho en otras partes del mundo para salvar decenas de miles de empleos que requieren de inmunización urgente para recibir a viajeros cuanto antes. Hace pocos días, un ejecutivo autonómico socialista como el valenciano ha permitido que las empresas puedan hacerlo, pero en Baleares, también presidida por el PSOE, se les ha bloqueado esta posibilidad de ayudar a su sociedad, sumando esfuerzos el sector público y el privado (Baleares, en la cola en vacunación, rechaza la ayuda de los hoteleros).

Pero el desconcierto, por tanto, ha llegado al máximo cuando el sector privado ha ofrecido ahorrar dinero a la caja común con vacunación que acelere el proceso, y el ejecutivo regional se ha negado

En la mayoría de territorios los gobernantes han entendido que una emergencia sanitaria sin precedentes requiere de aceptar todas las ayudas posibles para acelerar la salvación de vidas y la recuperación económica. El motivo es que un momento tan excepcional hace necesario reunir a todas las manos disponibles para remar unidos hacia el objetivo compartido. No obstante, el gobierno balear ha manifestado su deseo de actuar de manera opuesta.

Esta decisión de bloquear ayudas privadas para acelerar el proceso de vacunación, precisamente donde menor porcentaje hay inmunizado de España y donde menos dosis administradas hay respecto a las recibidas, ha sorprendido entre amplias capas sociales, ante la opción elegida de la disyuntiva entre ideología y humanidad, incluso ante la peor crisis en varias generaciones (Baleares, sin turistas británicos, guarda 140.000 vacunas en el congelador).

La sorpresa también se basa en que ninguna otra autonomía como la balear se ha visto más golpeada en su economía por esta crisis, y ninguna tiene más urgencia en reactivarse ya que el grueso de ingresos anuales se concentra en los cuatro meses que abarcan de junio a septiembre. Precisamente, esta estacionalidad ha sido el argumento con el que el gobierno balear ha justificado someter a su población a las restricciones más duras, aún cuando era la de menor tasa de contagiados.

La lenta recuperación del mercado alemán y sobre todo la exclusión de Baleares de un corredor seguro desde el Reino Unido ha dejado en balde todo el sacrificio social impuesto por las autoridades baleares, puesto que el resto de regiones donde las restricciones han sido más blandas se encuentran en una misma apertura desde los principales emisores europeos (Gran Bretaña desconfía de Baleares por estar en la cola en vacunación).

Los habitantes de ninguna autonomía han sufrido más que los baleares, especialmente los hosteleros a quienes se les ha arruinado y al resto de la población a quienes se les ha prohibido durante muchas semanas ni pasear con quien no fuera conviviente. Y todo este sufrimiento se justificaba en que habría una recompensa en forma de salvar la temporada turística, lo que ya será imposible con independencia de que a principios de julio se reactive la llegada de británicos. Así, todo el sacrificio social impuesto sin precedentes no habrá servido para apenas nada.

Las familias turísticas de las islas han querido ayudar a su sociedad, sugiriendo replicar las medidas que tomaban destinos competidores como dar prioridad a trabajadores del sector en la vacunación. También se han mostrado en contra de restricciones tan duras y tanto tiempo, porque espantaban el atractivo para que el viajero disfrutase del destino. Pero las autoridades del archipiélago, encabezadas por Francina Armengol, han insistido en obviar cualquier ayuda externa.

El empresariado turístico balear ha estado en desacuerdo con sus gobernantes en que para salvar la temporada fueran necesarias las restricciones más duras de España cuando se tenían la menor incidencia de contagios, sino que lo que sí era de suma ayuda, además de que ahorraba un sufrimiento mayúsculo al bolsillo de la gente y a su salud mental, era acelerar la vacunación, que es realmente lo que valoran los grandes mercados emisores.

Pero el desconcierto, por tanto, ha llegado al máximo cuando el sector privado ha ofrecido ahorrar dinero a la caja común con vacunación que acelere el proceso, y el ejecutivo regional se ha negado, reservándose así el monopolio de la inmunización, y evitando también que las familias turísticas aparezcan como salvadoras de la sociedad (El gobierno balear celebra el derrumbe turístico: “Son buenas noticias que no vuelvan las cifras de 2019”). Informa Preferente.com.

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Jose
Tenemos lo que hemos votado. A ver las próximas elecciones...