MÁS RESTRICCIONES QUE NO SIRVEN ANTE LOS EMISORES. Toque de queda en Baleares: exhausto sacrificio de la gente para no ser ni “destino seguro”. Las medidas dictadas por el gobierno de Francina Armengol han hecho perder todo a miles de familias isleñas. Emisores como el británico siguen sin meter a Baleares en su semáforo verde como "destino seguro".

El exhausto sacrificio de la sociedad balear desde diciembre no está sirviendo para cumplir la supuesta recompensa deseada. Pese a llevar muchas semanas con una incidencia mínima de contagios, emisores como el británico siguen sin meter a Baleares en su semáforo verde como “destino seguro”. Casi medio año de fortísimas restricciones dictadas por el gobierno de Francina Armengol han hecho perder todo a miles de familias baleares, tanto en términos económicos como de salud mental.

Este jueves se ha conocido que el toque de queda a las once de la noche seguirá en vigor a partir del domingo en Baleares, una vez haya terminado el Estado de Alarma. El TSJB ha validado por tres votos a favor y dos en contra las limitaciones deseadas por Armengol: prohibir movimientos de once a seis de la madrugada, limitar a seis personas las reuniones en ámbito público y privado; los controles sanitarios a nacionales en puertos y aeropuertos y la reducción de aforo a la mitad en lugares de culto.

La decisión, además, todavía no puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, solo en reposición ante el mismo órgano judicial. El resto de restricciones, como las que afectan a la hostelería y bares, también seguirán vigentes ya que no decaían con la supresión de la alarma. El Ejecutivo autonómico mantendrá el interior de bares cerrados y sólo hará cambios mínimos en las restricciones.

Armengol ha venido insistiendo en que alargar todas estas restricciones masivas –aunque desde hace semanas la incidencia es mínima– ha obedecido a que Baleares pueda venderse como destino seguro de cara a la temporada alta. Sin embargo, los mercados emisores ni aún así están confiando en la situación de las Islas, ya que potencias como el Reino Unido no las catalogan todavía para su semáforo verde de “destinos seguros”.

Baleares vivió un pico de contagios desde mediados de diciembre, pero Armengol se negó a endurecer restricciones hasta pasada la Navidad. Enero también fue un mes con un elevado índice de casos de coronavirus, pero desde febrero la situación sanitaria mejoró ostensiblemente.

Un gran hotelero como Simón Pedro Barceló ha criticado que la principal culpable de que el pasado verano fuera desastroso en la llegada de turistas a Baleares es Francina Armengol. El empresario aseguró que la falta de tests y de rastreos efectivos en las islas hizo dispararse en julio los contagios, y que en ningún caso fueron importados por turistas, sino que se dieron en los barrios más humildes que la gestión del gobierno balear descuidó, en lugar de solo centrarse en las restricciones (Simón Pedro Barceló culpa a Armengol del fracaso del verano pasado en Baleares).

El alargamiento de las restricciones en Baleares a partir de este domingo ha caído como un jarro de agua fría en una ya exhausta sociedad. Y para agravar el desazón de la gente contribuye atestiguar que todos los inauditos sacrificios de pérdida de libertad no están sirviendo para el fin supuestamente perseguido.

De momento, casi la mitad de hoteles de islas como Mallorca prevén seguir cerrados un verano más ante la falta de demanda, mientras para otoño se prevé una oleada sin precedentes de quiebras y despidos. Informa Preferente.com