Editorial: Dicen las lenguas viperinas que la socialista Francina Armengol está muy asustada con la cepa inglesa de la pandemia y quienes informan y aconsejan a la presidenta balear le meten el miedo hasta casi dejar de respirar. Seguirá ahogando a los bares, restaurantes, centro de ocio infantil, hostelería y todos aquellas empresas que huelan a dinamizarlas por la tarde noche. Pagar, indemnizar, ayudar, no está en el lenguaje de la de Inca, cerrar le suena mejor. Las diferentes Plataformas trinan, SOS, están enfurecidas, pero que puedes hacer contra el poder establecido.

Dijeron en el Gobierno de Pepe Gotera y Otilio, que la cogobernanza restablecía con pleno derecho los Reinos de Taifas, y aquí la Armengol tiene mando en plaza a la altura de primera ministra. Quiere abrir el 2 de abril solo unas horitas en las terrazas, que nunca se prolonguen más allá de las 17:00 horas, justo la comida y un poco de sobremesa. Que se puedan sentar juntos solamente 4 para evitar bodas, banquetes, comidas de trabajo multitudinarias, bautizos. Solamente a comer y rapidito. La tarde noche cerrado, por lo menos hasta que la vacuna deje su huella. En los chiquipars solo 6 niños/as sin padres y nada de comida. Seguirán cerrados es imposible dar un cumpleaños así.

Va pasando la vida y nosotros desde el 14 de marzo de 2019 casi presos, retenidos, atados. Nadie comprende porque no se vacuna. En los países que los vacunados son un porcentaje elevado han comenzado a remitir los contagios a pasos agigantados, no hay nada de movimiento en las camas de las habitaciones de los centros de salud y la UCI está vacía. A que esperan y sobre todo un lugar turístico como Mallorca. Si Armengol es la Jefe Suprema por obra y gracia de Sánchez e Iglesias, porque es tan miedosa, si los asesores la asustan que pida la ayuda de la UME, hacen buenos trabajos y a cero coste, aunque les salga algún grano a los de MÉS, Esquerra, Podem.

La Semana Santa está muy próxima y la señora Armengol no quiere ni oír hablar de aperturas nuevas. Nada de movilidad. Estar detrás de la roca y pasar el tiempo al lado de la chimenea y dando paseos por Fora Vila, chiflando, y para mayo comenzar a diseñar la nueva desescalada. Mientras seguimos parados no se te ocurra pedir indemnizaciones ni ayudas, la caja está cerrada. Dicen que los Ayuntamientos repartirán las limosnas hasta que se terminen y los primeros serán los más favorecidos. Así están las cosas, se pondrán a vacunar en serio en abril, aprovechando el mes de las flores. Cuando piensan llegar al 65% de la población, ese mínimo porcentaje hace posible el milagro. Si miramos todo con lupa, cuando se abran las fronteras ya no habrá nadie sin alojamiento en otros lugares.

No se puede estar hasta el 2022 sin trabajar, primero porque nadie en esta isla pone el dinero para soportarlo y mucho menos van a buscarlo donde está, a la Moncloa. Estamos enfadados y con razón, no lo hacemos por deporte, ni mucho menos por tener mal carácter. Cuando la barriga te hace ruido durante varios días, no se puede conciliar el sueño y cuando te cobran todos los impuestos enteros como si nadásemos en la abundancia, se te va la risa y ni rastro de carcajadas. Claro hay a miles y miles que les llega el sobre antes de finalizar el mes y además con los aumentos correspondientes. Esos no han notado que muchos hemos terminado las reservas desde hace meses.

Menos mal que tenemos temas de conversación interesantes y nos hace pasar el tiempo sin darnos cuenta. Que el padre del Rey está por un hotel de siete estrellas y colmado de atenciones, un invitado de lujo, donde el oro es confundido con ladrillos. Que un junta letras mal cantadas después de muchas fechorías lo han mandado a la sombra unos pocos meses. Que se están haciendo famosos muchos especialistas y ocupan las televisiones contando la enfermedad y que todas sus recomendaciones se las pasan por el arco del triunfo los políticos. Que Bill Gates anuncia otra pandemia más fuerte para dentro de 4 años. Que China se ha convertido en la primera potencia mundial a costa de las malas artes y nadie le pasa la factura. José María el Tempranillo era un santo al lado de esta jarcia de víboras.