Editorial: En tiempos de guerra todo se vuelve oscuro. La incertidumbre, miedos y tristeza se adentran en nuestra alma. Los optimistas disimulan sus sonrisas para no desentonar. No hay bromas, está en juego la supervivencia. Hay toque de queda en 4 barrios de la capital de Mallorca. Preparan el papeleo para pueblos que pueden dar más positivos de los permitidos por los protocolos de Salud. Que pasa con los políticos que gestionan esta pandemia, como pueden ser tan torpes. Les vuelve a pillar el toro y es la segunda vez en poco tiempo. Esconden los cadáveres, se oculta la realidad.

Hace dos días se anunció que se iban a crear lugares acogedores con profesionales de primera para llevar allí a los positivos asintomáticos de las Residencias y que los geriátricos respirasen un poco tratando mejor a los positivos con síntomas y a quienes no tuviesen nada. No me lo puedo creer. Es como querer dar un servicio, cuando ya no se necesita. Las Residencias de Mallorca sufren un drama de considerable dolor y muerte.

El país de Pepe Gotera y Otilio y los Reinos de Taifas tenían la fama de una sanidad inmejorable e universal. En todos los rincones de esta comunidad autónoma están obligados atender a los enfermos. Entonces porque no llega esa universalidad sanitaria a las Residencias y están atendiendo a nuestros mayores (no son viejos), personas que antes de la pandemia se dedicaban a tareas asistenciales, comedores, limpieza, etc. Donde están las enfermeras/os, las doctoras/es, el personal sanitario. Si no se puede atender en el Hospital habrá que hacerlo en domicilio, esa es su casa de los usuarios de una residencia.

Todo era muy fácil, se anunció la cogobernanza y dijeron que todo el presupuesto disponible se iba a destinar a Salud, Educación, Servicios Sociales, lo demás quedaba en segundo plano. Donde está el Gobierno de España de Gotera y Otilio, donde los califatos de los Reinos de Taifas. Impensable que tantos políticos, gobiernos generales, regionales, insulares. Tantos asesores, cargos de confianza, expertos. Hayan permitido que vuelva a suceder. No es de extrañar que se levanten voces pidiendo la intervención de la justicia y reclamar daños, perjuicios y responsabilidades. No podemos silenciar tamaña fechoría.

Parte de guerra de ayer miércoles día 9 de septiembre de 2020: Respecto a la situación en las Residencias de personas mayores, en la actualidad hay 170 usuarios positivos activos (84 hospitalizados): 58 en la residencia Sèniors Sant Joan, 15 en Verde de l’Esperança, 12 en Sèniors Montuïri, 1 en Oasis, 1 en HHTT Arcadias, 1 en Bell Entorn, 27 en Cala Estància, 25 en Domusvi Capdepera, 13 en Llar d’Ancians Palma (a pesar de que procedían de Llar d’Ancians Calvià) y 17 en Sa Serra.

Asimismo, los centros han comunicado la defunción de 5 de sus residentes con COVID-19 en las últimas horas: 2 en Verge de l’Esperança, 2 en Llar d’Ancians y 1 en Sèniors Sant Joan. (Se trata de defunciones que se han producido en las últimas horas y que todavía no han sido verificadas y notificadas por el Servicio de Epidemiología al Ministerio de Sanidad). En total, desde que se inició la pandemia, 108 personas de centros residenciales para personas mayores han fallecido.

En lo referente a los profesionales, hay 88 trabajadores positivos activos en residencias de Mallorca, 16 en Eivissa y ninguno en Menorca. En las residencias para personas con discapacidad hay 1 usuario con coronavirus en Mallorca y 6 profesionales positivos (4 en Mallorca y 2 en Eivissa).

Tengo la cara mojada, no lo puedo remediar. Cualquier persona con un poco de sentimientos no soporta esta información. La mayoría de las personas que residen en estos centros han pagado sus impuestos durante medio siglo. Los profesionales están superados por los cuatro costados. No pueden más. Que no se preocupen ahora les van ayudar, dentro de unas semanas. Cuando habiliten un edificio y algún hotel. Resoplo fuerte. Así no podemos seguir. Dejemos la publicidad para tiempos de paz, en existencias de guerra necesitamos hombres y mujeres sin trajes de estilo ni pinturas. Rafael Gabaldón San Miguel.