ABC ASEGURA QUE EL GOBIERNO ESTUDIA UN CIERRE PARCIAL O TOTAL DE FRONTERAS. El peor escenario: un verano sin turistas extranjeros. El Gobierno de Sánchez se plantearía también impedir la salida de residentes españoles al extranjero sin certificados de salud. Se quiere potenciar el turismo español, pero también habrá limitaciones en transporte y en espacios públicos. Lo publica Preferente.

Mientras los hoteleros están planificando cómo poder salvar una parte de esta temporada turística este verano, el Gobierno podría preparar un escenario dramático: impedir la llegada de turistas extranjeros durante los próximos meses. Esta posibilidad, que adelanta este jueves el diario ABC, también incluiría restricciones en el transporte del turismo nacional.

Según ABC, que cita fuentes del propio Gobierno, se plantearía el cierre de fronteras, total o parcial, lo que supondría que no entrasen los turistas extranjeros y, por el contrario, se potenciaría el turismo nacional con limitaciones. Además de no permitir la llegada de turistas extranjeros los españoles tampoco podrían viajar al extranjero los residentes en España sin un certificado de salud para confirmar que no están afectados por coronavirus.

Ante el temor de que se produzca una segunda oleada de infectados cuando se vuelva a la normalidad, considerando “normalidad” el fin del estado de alarma, el Gobierno también impondría limitaciones en los aforos de las playas, plantearía restricciones en la ocupación del transporte público y prohibiría aglomeraciones en eventos como conciertos o discotecas.

Mientras, el Gobierno ha anunciado un plan para potenciar el turismo nacional. Hasta la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, considera mejor alargar la crisis económica que poner en peligro el control del coronavirus en España.

El sector de la aviación se pregunta sobre sus opciones para adaptarse a un escenario en el que para contener contagios de coronavirus se obligue a las personas a una separación mínima de un metro. Las aerolíneas auguran problemas para su operación habitual si se extienden medidas muy restrictivas sobre el distanciamiento social.

Las aerolíneas no han dudado en pedir ayudas públicas a los gobiernos de sus países, que se pueden convertir en nacionalizaciones forzosas, tras el precedente de Alitalia, que ha sido nacionalizada por el Gobierno italiano, y de que Norwegian y SAS han recibido ayudas de Noruega, Suecia y Dinamarca. 

Se trata de inyecciones de fondos que también piden las aerolíneas estadounidenses, la alemana Lufthansa e incluso las del Golfo Pérsico, como informa El Mundo. En el caso de las compañías aéreas de EEUU, Larry Kudlow, el principal asesor económico de Donald Trump, ha señalado que a cambio de las subvenciones en efectivo, el Estado podría obtener una participación en las aerolíneas, que deben seguir volando, aunque en los niveles mínimos que se han establecido. 

En el plano operativo, las aerolíneas están intentando adaptarse además al nuevo escenario tras la pandemia con medidas como la eliminación de revistas a bordo; el fin de las comidas calientes para evitar manipulaciones de alimentos, o un mayor control médico sobre pasajeros y tripulantes, así como la desinfección cada noche.